La moraleja de *Mucho ruido y pocas nueces* es que el amor puede ser una fuerza poderosa para el bien, pero también se puede abusar de él y manipularlo con fines dañinos. La obra muestra cómo los amores y celos de los personajes los llevan a cometer errores y herirse mutuamente. Sin embargo, también muestra que el amor puede, en última instancia, superar estos obstáculos y conducir a la felicidad y la reconciliación.