Primero, la revelación de la verdadera identidad del inspector como inspector de policía que investiga la muerte de una joven llamada Eva Smith es un giro impactante que el público no ve venir. Este cambio repentino en el tono y dirección de la obra altera las expectativas del público y crea una sensación de incertidumbre.
En segundo lugar, el interrogatorio del inspector a los miembros de la familia Birling expone los oscuros secretos y los fallos morales de cada personaje. El público se da cuenta de la red de mentiras y engaños en la que han estado viviendo los Birling y comienza a cuestionar la moralidad y los valores de los personajes. Esta revelación crea una sensación de malestar e incomodidad entre la audiencia, obligándola a confrontar su propia brújula moral y las consecuencias de sus acciones.
En tercer lugar, la investigación del inspector resalta las desigualdades e injusticias sociales que existen dentro de la sociedad retratada en la obra. El público se enfrenta al marcado contraste entre el estilo de vida privilegiado de los Birling y la pobreza y el sufrimiento de Eva Smith. Este contraste lleva al público a reflexionar sobre los problemas sociales más amplios y las divisiones de clases de la época, y a considerar su propia responsabilidad y compasión hacia los demás.
En general, el final del primer acto de "Un inspector llama" crea un poderoso impacto dramático en la audiencia, dejándola en un estado de shock, confusión y contemplación. Prepara el escenario para el resto de la obra, mientras los Birling y el público se ven obligados a afrontar las consecuencias de sus acciones y aceptar los dilemas morales presentados en la obra.