Antígona es una joven de la antigua Grecia que desafía a su tío Creonte, rey de Tebas, enterrando a su hermano Polinices, a pesar del edicto de Creonte de que hay que dejarlo pudrirse. Creonte no quiere realizar los rituales de entierro adecuados porque cree que Polinices era un traidor y enemigo del Estado.
Antígona insiste en enterrar a su hermano porque cree que es su deber y responsabilidad moral como hermana para él. Ella cree que la ley de Creonte es injusta y que debe mostrar respeto por los dioses y el inframundo realizando los ritos funerarios.
Creonte se niega a escuchar las súplicas de Antígona y ordena que la encierren en una cueva sellada como castigo.
Antígona prefiere morir antes que someterse a la autoridad de Creonte y se ahorca.
Su muerte finalmente conduce a la caída de Creonte y al final de su reinado, ya que pierde todo el apoyo y respeto de su pueblo.