1. Anécdotas personales: Wallace comparte anécdotas personales a lo largo de su discurso, basadas en sus propias experiencias y recuerdos. Al hacerlo, crea una sensación de intimidad con la audiencia, permitiéndoles identificarse con su perspectiva y experiencias.
2. Lenguaje emocional: Wallace utiliza un lenguaje evocador que apela a las emociones y evoca una fuerte respuesta emocional en la audiencia. Emplea palabras y frases que crean una sensación de urgencia, preocupación y reflexión, haciendo que el discurso parezca personal e impactante.
3. Tono empático: Wallace adopta un tono empático durante todo el discurso, expresando una profunda comprensión de los desafíos y complejidades de la vida. Muestra compasión por las luchas que enfrentan las personas, lo que resuena en la audiencia a nivel personal y los hace sentir vistos y comprendidos.
4. Compartir vulnerable: Wallace comparte momentos vulnerables y conocimientos de su propia vida, admitiendo sus defectos, inseguridades y errores. Esta vulnerabilidad genera confianza y conexión con la audiencia, animándola a reflexionar sobre sus propias experiencias y vulnerabilidades.
5. Humor: Wallace incorpora momentos de humor en su discurso, utilizando la ironía y el ingenio para atraer a la audiencia y hacer que sus puntos sean identificables y memorables. El humor puede ayudar a aliviar la tensión y hacer que el discurso sea más agradable para la audiencia.
Al emplear estas estrategias, David Foster Wallace utiliza eficazmente el patetismo para captar las emociones de su audiencia, crear una sensación de conexión personal y enfatizar la importancia de la atención plena, la autoconciencia y la compasión en la vida cotidiana.