1. La respuesta de Edipo a la plaga: Cuando Tebas sufre una plaga, Edipo toma medidas inmediatas para encontrar la causa y aliviar el sufrimiento de su pueblo. Envía a Creonte a consultar el oráculo de Delfos, y al enterarse de que la plaga es causada por la presencia de un asesino impune, Edipo se propone encontrar al culpable, aunque eso signifique arriesgar su propia vida. Su dedicación al bienestar de sus súbditos es evidente en su voluntad de hacer lo que sea necesario para librar a Tebas de la plaga y está dispuesto a hacer sacrificios personales por el bien de su pueblo.
2. La preocupación de Edipo por la justicia: Edipo está decidido a llevar ante la justicia al asesino de Layo, a pesar de que eso pueda llevarlo a descubrir que él es el asesino. Lo impulsa un sentido de justicia y el deseo de corregir el mal cometido. Su búsqueda de la verdad, incluso cuando le lleva a su caída y dolor, demuestra su compromiso de defender la ley y garantizar la justicia para todos.
3. El autosacrificio de Edipo: Cuando Edipo descubre que es el asesino de Layo y el marido involuntario de su madre, toma medidas inmediatas y decisivas para castigarse a sí mismo. Se ciega y se exilia de Tebas, aunque eso signifique renunciar a su poder y estatus y aceptar una vida de miseria y aislamiento. Su disposición a asumir la responsabilidad de sus acciones y evitarle a su pueblo cualquier daño adicional muestra que antepone su bienestar a su comodidad u orgullo.
4. El cuidado de Edipo por sus hijas: Incluso después de la caída y el exilio de Edipo, continúa cuidando de sus dos hijas, Antígona e Ismene, quienes le siguen siendo leales a pesar de sus crímenes. Se preocupa por su futuro y seguridad y les ordena que abandonen Tebas y busquen una vida mejor en otro lugar. Su amor y preocupación por sus hijas demuestran su compromiso duradero con su bienestar, incluso frente a su propio sufrimiento.