Supongamos que la empresa A se especializa en investigación y desarrollo, mientras que la empresa B destaca en la fabricación. Cuando estas empresas colaboran, pueden aprovechar sus fortalezas y crear un efecto sinérgico. La empresa A puede proporcionar ideas y tecnologías innovadoras, mientras que la empresa B puede fabricar y distribuir los productos de manera eficiente. Esta asociación les permite lograr un éxito más significativo del que podrían lograr de forma independiente.