Los monólogos pueden ser largos o cortos y pueden pronunciarse en cualquier momento de la obra. A menudo se utilizan en las obras de Shakespeare, donde a menudo se utilizan para soliloquios o para expresar los pensamientos y sentimientos internos del personaje.
Los monólogos también se pueden utilizar en obras más modernas, donde se pueden utilizar para crear una sensación de intimidad entre el personaje y el público. También se pueden utilizar para proporcionar exposición o información de contexto, o para generar suspenso.
A continuación se muestra un ejemplo de un monólogo de Hamlet de Shakespeare:
"Ser o no ser, esa es la cuestión:
Si es más noble para la mente sufrir
Las hondas y flechas de la escandalosa fortuna,
O tomar las armas contra un mar de problemas,
Y al oponernos acabar con ellos. Morir, dormir
No más, y con un sueño decir que terminamos
La angustia y los mil sobresaltos naturales
Esa carne es heredera, es una consumación.
Devotamente deseable. Morir, dormir
Dormir, tal vez soñar... ay, ahí está el problema,
Porque en ese sueño de muerte qué sueños pueden venir
Cuando nos hayamos deshecho de esta espiral mortal,
Debe hacernos reflexionar."—Hamlet, Acto 3, Escena 1
Este monólogo es un ejemplo perfecto de un personaje que expresa sus pensamientos y sentimientos internos. En este caso, Hamlet está contemplando si quitarse la vida o no. Sopesa los pros y los contras de ambos lados del argumento y, en última instancia, decide que vale la pena vivir la vida, incluso con todos sus problemas.