El principio de "ojo por ojo" a menudo se considera una forma de justicia dura y bárbara, pero en realidad se consideraba una forma justa y equitativa de abordar el crimen en la antigüedad. Se creía que este principio disuadiría a las personas de cometer delitos, ya que sabían que el castigo sería severo. Además, se vio como una forma de garantizar que la víctima de un delito recibiera justicia y compensación por sus lesiones.
Sin embargo, el principio de "ojo por ojo" no siempre se aplica literalmente. En algunos casos, puede interpretarse de manera más indulgente, como en el caso de una persona que mata accidentalmente a otra. En este caso, se puede exigir a la persona que pague una indemnización a la familia de la víctima en lugar de ser condenada a muerte.
En general, el principio de "ojo por ojo" es una parte fundamental del antiguo código legal de Hammurabi. Es un reflejo de los valores y creencias de los pueblos de la antigua Mesopotamia y puede verse como un ejemplo temprano del concepto de justicia y equidad.