La parte externa de la nariz, conocida como nariz externa, está formada por piel, cartílago y hueso. Las fosas nasales, o narinas, son las dos aberturas en la parte inferior de la nariz por donde entra y sale el aire. El tabique, una delgada pared de cartílago, divide la cavidad nasal en dos conductos. Los cornetes, que son proyecciones óseas cubiertas por membranas mucosas, se encuentran en el interior de las fosas nasales y ayudan a calentar, humedecer y limpiar el aire que respiramos.
La parte interna de la nariz, conocida como cavidad nasal, se extiende desde las fosas nasales hasta la parte posterior de la garganta. El epitelio olfatorio, responsable del sentido del olfato, se encuentra en el techo de la cavidad nasal. Los senos paranasales son cuatro cavidades llenas de aire ubicadas alrededor de la cavidad nasal. Ayudan a producir moco, aclarar el cráneo y hacer resonar la voz.
La nariz desempeña varias funciones importantes en el cuerpo humano:
* Olfato: La nariz es el órgano principal del sentido del olfato. Los receptores olfativos de la cavidad nasal detectan sustancias químicas en el aire y transmiten señales al cerebro, lo que nos permite percibir diferentes olores.
* Respiración: La nariz es la vía principal por la que el aire entra y sale del sistema respiratorio.
* Filtración: La nariz actúa como un filtro, atrapando el polvo, el polen y otras partículas para que no entren a los pulmones.
* Humidificación: La cavidad nasal ayuda a humedecer el aire que respiramos, lo cual es importante para mantener una salud respiratoria adecuada.
* Regulación de temperatura: Los conductos nasales ayudan a regular la temperatura del aire que respiramos, llevándolo a un nivel confortable antes de que llegue a los pulmones.
En general, la nariz es un órgano vital que cumple múltiples funciones importantes en el cuerpo humano. Nos permite oler, respirar y mantener la salud respiratoria, y su forma y estructura únicas contribuyen a nuestra apariencia y expresiones faciales.