Fue adoptado en 1960 cuando Malí obtuvo la independencia de Francia. El lema refleja el deseo del país de unidad nacional y un sentido de propósito compartido. También refleja la importancia del Islam, la religión dominante en Malí, en la identidad nacional.
Sin embargo, el lema ha sido criticado por su potencial para excluir otras religiones y grupos étnicos, y por promover una identidad nacional singular que puede no ser representativa de la diversa cultura de Malí.