En la época medieval, el término "escenario" se usaba a menudo para describir una plataforma elevada o andamio utilizado para representaciones públicas, como obras de teatro, espectáculos y ceremonias religiosas. Estos escenarios eran a menudo estructuras temporales, erigidas en plazas u otros espacios públicos.
Durante el Renacimiento, el concepto de escenografía y puesta en escena se volvió más sofisticado. Se construyeron edificios teatrales permanentes y el escenario se convirtió en una parte más integral de la experiencia teatral general. El área del escenario a menudo estaba decorada con decorados y accesorios elaborados, y el uso de efectos de iluminación y sonido se hizo más frecuente.
En la era moderna, el término "escenario" se utiliza para referirse a una variedad de espacios de actuación, incluidos escenarios de proscenio, escenarios de empuje y escenarios de arena. Cada tipo de escenario tiene sus propias características y ventajas únicas, y la elección del diseño del escenario depende de los requisitos específicos de la actuación.
En general, el origen de la palabra "escenario" se remonta al concepto griego antiguo de un refugio temporal utilizado para representaciones, y ha evolucionado con el tiempo para abarcar toda el área de actuación en un contexto teatral.