Origen del compositor: La lengua materna o el origen cultural del compositor a menudo influyen en el idioma elegido para la ópera. Por ejemplo, muchas óperas italianas están compuestas en italiano, las óperas alemanas en alemán, las óperas francesas en francés, etc.
Escenario de la ópera: La ubicación o el período histórico en el que se desarrolla la ópera también pueden influir en el idioma. Por ejemplo, una ópera ambientada en la antigua Roma podría usar latín o italiano, mientras que una ópera ambientada en Francia durante el Renacimiento podría usar francés.
Público objetivo: El público objetivo de la ópera también puede ser un factor a la hora de determinar el idioma. Si la ópera está destinada principalmente a un público local o nacional, se podrá utilizar el idioma del país o región donde se representa. Sin embargo, si la ópera está destinada a un público internacional, se podrá elegir un idioma más comprendido, como el inglés o el francés.
Antecedentes del libretista: El lenguaje de la ópera también puede verse influenciado por los antecedentes del libretista, que escribe el texto de la ópera. La lengua materna o las preferencias lingüísticas del libretista pueden dar forma al lenguaje utilizado en la ópera.
Consideraciones artísticas: El compositor y libretista también pueden tomar decisiones sobre el lenguaje de la ópera basándose en consideraciones artísticas, como la idoneidad del lenguaje para la música, el impacto dramático de ciertas palabras o frases, o el tono general y la atmósfera de la ópera.
Es importante señalar que estos son sólo algunos de los factores que pueden influir en el lenguaje de una ópera, y puede haber otras consideraciones o excepciones en casos específicos.