Durante la época colonial española, vivía una hermosa mujer llamada María al pie del monte Arayat. Vivía con sus padres y estaba comprometida con un hombre guapo llamado Datu Magat.
A medida que se difundió rápidamente la noticia de su próxima boda, un grupo de espíritus malignos que vivían en la montaña se enteraron de María y su legendaria belleza. Tuvieron pensamientos perversos de reclamar a María como una de los suyos y planearon secuestrarla.
Sabiendo que pronto se convertiría en la novia de otro, los espíritus decidieron secuestrar a María lo antes posible. Conociendo los espíritus que vivían en el Monte Arayat, los padres de María le advirtieron que no se acercara para evitar encuentros no deseados con los espíritus malignos.
A pesar de la advertencia de sus padres, María no pudo evitar quedar encantada por la belleza del monte Arayat. Un día se acercó a la montaña acompañada de su perro mascota de confianza.
Mientras exploraba la montaña, inesperadamente llamó la atención de los espíritus malignos liderados por su gobernante, Mangkukulam. Hipnotizado por su belleza, Mangkukulam ordenó a los espíritus malignos que secuestraran a María. La rodearon y la llevaron a su cueva en lo profundo de la montaña.
María se asustó y trató de escapar pero los espíritus malignos eran poderosos y no la dejaron. María permaneció encarcelada durante muchos días mientras Mangkukulam pensaba en una manera de convencerla de que se convirtiera en su socia.
De regreso a casa, los padres de María se preocuparon mucho por la desaparición de su hija y acudieron al albularyo (curandero) del pueblo en busca de consejo. El curandero les dijo a los padres de María que buscaran ayuda de Datu Magat, que poseía poderes sobrenaturales.
Inmediatamente, Datu Magat fue a la montaña con los padres de María con la esperanza de encontrarla. Mientras buscaban a María, inesperadamente se encontraron con el perro que los llevó a la cueva donde María estaba cautiva.
María se alegró mucho de ver a Datu Magat porque sabía que sería rescatada. Ella le dijo que los espíritus querían que ella se convirtiera en la esposa de su líder. Enojado por esto, Datu Magat se enfrentó a Mangkukulam y participó en una intensa batalla.
Con sus poderes y fuerza sobrenaturales, Datu Magat pudo derrotar a Mangkukulam y a los espíritus. Destruyó su cueva y liberó a María como castigo por sus malvados intentos contra su prometida.
María y Datu Magat regresaron con sus padres y el pueblo celebró el feliz reencuentro. Los dos se establecieron en el lugar ahora seguro al que llamaron Bulacan.