2. Subversión política: Los teatros a menudo servían como plataformas para comentarios políticos y sátiras. Las autoridades temían que estas representaciones pudieran incitar a la disidencia y el malestar, ya que permitían a los dramaturgos criticar al gobierno y sus políticas. Para mantener la estabilidad social y política, el gobierno buscó suprimir cualquier forma de expresión pública que desafiara su autoridad.