Un conjunto mínimo puede consistir en unos pocos objetos simples, como sillas, mesas o plataformas. También puede incluir efectos de iluminación básicos o proyecciones para crear una sensación de espacio o tiempo. La idea detrás de un decorado mínimo es crear un entorno flexible y adaptable que pueda transformarse fácilmente para diferentes escenas o producciones.
El uso de conjuntos mínimos puede resultar beneficioso por varias razones. En primer lugar, puede ayudar a crear una conexión más íntima y personal entre los actores y el público. Sin escenarios elaborados ni accesorios que distraigan la atención de la actuación, la atención se centra únicamente en los actores y su narración. En segundo lugar, la producción de decorados mínimos puede ser más rentable, lo que puede suponer una ventaja importante para las pequeñas compañías de teatro o las producciones independientes. En tercer lugar, un decorado mínimo puede proporcionar más libertad creativa a actores y directores, ya que les permite experimentar con diferentes técnicas de puesta en escena y bloqueo.