- Influencia puritana: El surgimiento del puritanismo, un movimiento religioso que promovía un comportamiento moral estricto y denunciaba las representaciones teatrales como pecaminosas e inmorales. Esto llevó a una mayor censura y oposición al teatro.
- Factores Económicos: A finales del siglo XVI y principios del XVII se produjeron desafíos económicos y una disminución en el número de mecenas ricos que podían apoyar a las compañías de teatro. Esto redujo la financiación y provocó una disminución en la calidad y cantidad de las producciones teatrales.
- Epidemias de peste: La era isabelina estuvo marcada por varios brotes de peste bubónica, incluida la infame peste de 1606. Estas epidemias causaron muertes y trastornos generalizados, lo que provocó el cierre de teatros y la cancelación de representaciones.
- Concurso: La popularidad de otras formas de entretenimiento, como el acoso a osos, el acoso a toros y el baile, alejó al público del teatro. Estos entretenimientos alternativos a menudo estaban menos regulados y ofrecían un tipo diferente de espectáculo.
- Gustos culturales cambiantes: A medida que evolucionaron los gustos culturales, el enfoque pasó de las comedias y obras históricas a gran escala a obras más íntimas y realistas que abordaban cuestiones contemporáneas y exploraban temas psicológicos. Este cambio de enfoque provocó un cambio en los tipos de obras que se representaban y una disminución de la popularidad del teatro de estilo isabelino.
- Paisaje político cambiante: El fin de la era isabelina y la sucesión de Jaime I en 1603 marcaron un cambio en las actitudes y prioridades políticas. El nuevo monarca apoyó menos el teatro y el patrocinio cortesano que había sostenido a muchas compañías teatrales decayó.
Si bien el teatro isabelino llegó a su fin, tuvo un profundo impacto en el desarrollo del teatro y la literatura en Inglaterra y en todo el mundo. Las obras y tradiciones teatrales de esta época continúan celebrándose y estudiándose, influyendo en el teatro y la literatura modernos incluso hoy.