Terreno: En Nueva Zelanda, la propiedad de la tierra puede adoptar diversas formas. Grandes extensiones de tierra son propiedad privada de individuos u organizaciones. El gobierno también posee una porción importante de tierra, incluidas reservas públicas, áreas de conservación y bosques estatales. Las iwi (tribus) maoríes tienen derechos de propiedad de la tierra basados en los principios del Tratado de Waitangi, que abordan las injusticias históricas y prevén la devolución o compensación por las tierras tomadas por la Corona.
Mano de obra: La fuerza laboral en Nueva Zelanda está compuesta principalmente por personas que trabajan para empresas u organizaciones privadas. Sin embargo, también existe un sector público, que incluye agencias gubernamentales y empresas estatales, donde se emplea una parte de la fuerza laboral.
Capital: El capital, que se refiere a recursos financieros y activos físicos, es predominantemente de propiedad privada en Nueva Zelanda. Las empresas, tanto pequeñas como grandes, son en gran medida de propiedad privada. Sin embargo, también existen empresas estatales e inversiones gubernamentales en determinadas industrias.
Emprendimiento: El espíritu empresarial, la capacidad de iniciar y administrar un negocio, lo ejercen principalmente individuos y entidades privadas en Nueva Zelanda. Los individuos o grupos pueden establecer negocios, y las leyes y regulaciones del país apoyan el crecimiento del espíritu empresarial y la innovación.
Si bien estas categorías brindan una visión general amplia de la propiedad en Nueva Zelanda, vale la pena señalar que existen complejidades y matices dentro de cada categoría, como el papel de la inversión extranjera, las empresas conjuntas y los modelos de propiedad cooperativa.