El término "espectáculo tonto" se utilizó por primera vez en la Inglaterra del siglo XVI para describir representaciones teatrales que no tenían ningún diálogo hablado. Estos espectáculos se utilizaban a menudo como forma de entretenimiento entre actos de una obra de teatro o una mascarada. Los espectáculos tontos también podían usarse para contar una historia o transmitir un mensaje, y a menudo se usaban en obras religiosas y morales.
Con el tiempo, el término "espectáculo tonto" se ha utilizado de manera más general para referirse a cualquier actuación que se base principalmente en mimo o pantomima, independientemente de si hay o no diálogo hablado. Los espectáculos tontos se pueden encontrar en una variedad de contextos, incluidos el teatro, la danza y el cine.