Los iroqueses normalmente no usaban armazones de cama. En cambio, simplemente colocarían su ropa de cama directamente en el suelo de sus casas comunales. Como superficies para dormir utilizaban pieles de oso y de ciervo y esteras de hojas de maíz con piel de oso o de ciervo.
Durante las temporadas de invierno, agregaban capas de pieles y pelajes para mayor comodidad y calidez cuando las temperaturas se volvían particularmente frías. Sus casas también tenían plataformas elevadas. Estos lugares para dormir o plataformas elevadas aseguraban que las personas estuvieran alejadas lo más posible del aire más frío o de las corrientes de aire dentro de esos albergues durante las épocas gélidas.