1. Usa los jeans:
- Ponte tus jeans ajustados y asegúrate de que estén ajustados pero no demasiado ajustados.
2. Utilice agua caliente:
- Llene una bañera o un lavabo grande con agua caliente (pero no hirviendo).
- Sumerge los jeans ajustados en agua caliente y déjalos en remojo durante unos 10-15 minutos.
- El calor ayuda a relajar las fibras del denim.
3. Agite los jeans:
- Agita o estira suavemente los jeans mientras están en el agua.
- Esto ayuda a trabajar las fibras del denim y comenzar a aflojar la tela.
4. Enjuague y cuelgue para secar:
- Saca los jeans del agua caliente y enjuágalos bien con agua fría.
- No retuerzas ni retuerzas los jeans; en su lugar, cuélguelos para que se sequen al aire libre.
5. Usar y moverse:
- Mientras los jeans aún estén ligeramente húmedos, vuélvelos a poner.
- Muévete activamente y realiza diversos estiramientos o movimientos para ayudar a trabajar el tejido y estirarlo más.
6. Repita si es necesario:
- Si no logras el estiramiento deseado, puedes repetir el proceso de remojo en agua caliente y calzar los jeans.
7. Secar sobre una superficie grande:
- Para conservar la elasticidad, seca los jeans sobre una superficie grande, como una cama o un tendedero, en lugar de colgarlos.
8. Intente estirar con la mano:
- Si ciertas áreas todavía se sienten tirantes, puedes usar tus manos para estirar y amasar suavemente las fibras de mezclilla en esos puntos específicos.
9. Almacenar correctamente:
- Evite doblar los jeans ajustados con fuerza, ya que esto puede crear arrugas permanentes y reducir el estiramiento. En su lugar, enróllelos o cuélguelos.
10. Pruebe el ajuste:
- Una vez que los jeans estén completamente secos, pruébatelos para ver si has logrado el nivel deseado de elasticidad y comodidad.
Recuerde, los diferentes tejidos de mezclilla tienen distintos niveles de elasticidad, por lo que los resultados pueden variar. Siempre prueba el material de tus jeans ajustados y estíralos con cuidado para evitar daños.