1. Se sentía nervioso. Bailar frente a otras personas puede resultar intimidante para algunas personas, y es posible que lo piense mejor una vez que esté realmente en el momento.
2. Se lo pensó mejor. Quizás se dio cuenta de que en realidad no quería bailar o que no estaba de humor.
3. Estaba tratando de impresionarte. Algunas personas pueden pedirle a alguien que baile como una forma de coquetear o presumir, pero luego pierden el interés una vez que se dan cuenta de que eso no los llevará a ninguna parte.
4. Estaba distraído. Podría haberlo distraído algo más que le llamó la atención, como un amigo que vio al otro lado de la habitación.
5. Sólo estaba siendo educado. Podría haberte pedido que bailaras por cortesía, incluso si en realidad no quería, y luego cambió de opinión una vez que se dio cuenta de que estabas interesado en bailar.
Es importante no tomarse su rechazo como algo personal. Hay muchas razones por las que podría haber cambiado de opinión y no es un reflejo de ti. Si se siente decepcionado o herido, está bien que les diga a sus amigos o familiares cómo se siente. Pueden ofrecer apoyo y aliento.