1. Musicalidad: Tanto los bailarines como los cantantes deben tener un fuerte sentido de musicalidad, lo que implica comprender y responder al ritmo, el tempo y la dinámica de la música. Esto es esencial para crear actuaciones sincronizadas y armoniosas.
2. Expresión física: Los bailarines y cantantes usan sus cuerpos para transmitir emociones, contar historias y crear imágenes visuales o vocales. Utilizan sus movimientos y técnicas vocales para expresar el significado deseado de la música y conectarse con la audiencia a un nivel emocional.
3. Interpretación: Bailarines y cantantes interpretan y dan vida a la visión artística de coreógrafos, compositores y músicos. Trabajan en estrecha colaboración con otros artistas para comprender y ejecutar el concepto artístico deseado, ya sea a través de la danza o la canción.
4. Ensayo y práctica: Tanto los bailarines como los cantantes deben dedicar mucho tiempo a los ensayos y la práctica para perfeccionar sus habilidades y prepararse para las actuaciones. Trabajan en su técnica, coreografía, rango vocal y presencia escénica para garantizar actuaciones pulidas y cautivadoras.
5. Participación del público: Los bailarines y cantantes tienen como objetivo atraer y entretener a su audiencia. Crean una conexión actuando con pasión, energía y carisma. Su capacidad para cautivar al público mejora la experiencia general y el aprecio por la actuación.
6. Colaboración: En muchos casos, bailarines y cantantes colaboran en el escenario o en producciones como musicales, óperas o vídeos musicales. Trabajan juntos para crear una actuación unificada y cohesiva, combinando danza y elementos vocales para mejorar la expresión artística.
7. Expresión artística: Tanto los bailarines como los cantantes son artistas que utilizan sus respectivos talentos para expresarse creativamente. Encuentran alegría y satisfacción en su forma de arte y se esfuerzan por compartir su pasión con los demás a través de sus actuaciones.