Las actuaciones de Okuni fueron inicialmente vistas como una forma de entretenimiento religioso, pero finalmente fueron prohibidas por el shogunato Tokugawa, que gobernó Japón de 1603 a 1868. El shogunato temía que las actuaciones fueran demasiado sensuales y pudieran provocar disturbios civiles.
A pesar de la prohibición, el kabuki siguió siendo interpretado por actores masculinos, conocidos como onnagata (imitadores femeninos). Estos actores eran increíblemente hábiles en su oficio y pudieron crear representaciones hermosas y convincentes de mujeres.
Con el tiempo, el kabuki se convirtió en una de las formas de entretenimiento más populares en Japón y se sigue representando en la actualidad. Es una forma de teatro muy estilizada que combina danza, música y teatro, y es conocida por su vestuario elaborado, decorados elaborados y maquillaje distintivo.