1. Idealización del éxito material: La obsesión de Willy por lograr riqueza material y éxito tiene sus raíces en el ideal cultural del sueño americano. Considera las posesiones materiales y el avance profesional como las únicas medidas del valor de una persona. Este esfuerzo constante por alcanzar objetivos inalcanzables le hace sentirse inadecuado y decepcionado.
2. Falso sentido de importancia: La gran visión de éxito de Willy crea un sentido exagerado de importancia personal. Él cree que es excepcional y merece reconocimiento, pero sus logros reales están muy lejos de sus aspiraciones. Esta disparidad conduce a un profundo sentimiento de fracaso y desilusión.
3. Incapacidad para aceptar la realidad: La incapacidad de Willy para afrontar la verdad sobre sus propias limitaciones y fracasos le impide hacer los ajustes necesarios en su vida. Se aferra obstinadamente a la ilusión de su éxito potencial, incluso cuando se vuelve cada vez más evidente que nunca se materializará.
4. Desconexión de la familia: La obsesión de Willy con el sueño americano lo distrae de construir relaciones significativas con su familia. Descuida a sus hijos, Biff y Happy, y no les brinda apoyo ni orientación emocional. Esta desconexión aísla y desmoraliza aún más a Willy.
5. Compromiso moral: El desesperado deseo de éxito de Willy lo lleva a tomar decisiones moralmente cuestionables. Se involucra en prácticas comerciales turbias y engaña a su esposa, Linda. Estas acciones erosionan su sentido de autoestima y alienan a quienes lo rodean.
6. Delirios e ilusiones: La búsqueda de Willy del sueño americano se vuelve tan agotadora que comienza a perder el contacto con la realidad. Experimenta vívidas alucinaciones y delirios que desdibujan la línea entre la verdad y la fantasía, aislándolo aún más del mundo que lo rodea.
En última instancia, la creencia inquebrantable de Willy en el sueño americano y su incapacidad para afrontar la verdad lo llevan por un camino de autodestrucción. Su trágico final sirve como una advertencia sobre los peligros de aferrarse demasiado a ideales poco realistas y sacrificar el sentido de uno mismo en la búsqueda de la validación externa.