1. Peste bubónica:
- La peste bubónica era la forma más común y se transmitía principalmente a través de la picadura de pulgas infectadas. La bacteria entró al cuerpo a través de la picadura de una pulga y viajó a los ganglios linfáticos, provocando hinchazón e inflamación. Estos ganglios linfáticos inflamados, conocidos como bubones, generalmente se encuentran en la ingle, las axilas o el cuello.
- Los síntomas incluían fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, dolores musculares, debilidad y formación de bubones. Los bubones a menudo se volvían dolorosos, supuraban y se rompían.
- Si no se trata, la peste bubónica podría progresar a peste septicémica o neumónica, las cuales a menudo eran fatales.
2. Peste Neumónica:
- La peste neumónica era una forma más grave y contagiosa de la enfermedad. Se transmitía por inhalación de gotitas infectadas expulsadas por una persona infectada.
- Los síntomas incluyeron fiebre, escalofríos, tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho y dificultad para respirar. La tos puede producir esputo teñido de sangre.
- La peste neumónica se propagó rápidamente y fue muy mortal, con una tasa de mortalidad cercana al 100% si no se trataba.
3. Plaga septicémica:
- La peste septicémica era la forma menos común de la enfermedad y se caracterizaba por la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo. Podría desarrollarse a partir de peste bubónica o neumónica.
- Los síntomas incluían fiebre alta, escalofríos, decoloración de la piel (que a menudo se volvía negra, de ahí el nombre "Peste Negra"), hemorragia e insuficiencia orgánica.
- La peste septicémica afectó a múltiples sistemas orgánicos y tuvo una tasa de mortalidad extremadamente alta.