Catorce líneas tensas, un tapiz de rima.
Tres estrofas adornan esta forma en gran exhibición,
Cada cuarteta teje su historia, en un tiempo sublime.
Con cadencia mesurada y ritmo recurrente,
El pentámetro yámbico emprende su vuelo.
Las pinceladas de un poeta, las palabras tan ricamente se encuentran,
Pintar emociones con una luz etérea.
Las cuartetas se construyen, capa tras capa,
Descubriendo temas, entrelazando hilos de pensamiento.
Las imágenes florecen, vívidas como la feria de mayo,
Surgen símbolos cargados de sabiduría oculta.
Y luego el giro, un estribillo fundamental,
Un cambio de tono, la chispa de una revelación.
El pareado final cierra la cadena del soneto,
Un broche de oro que deja huella.
Entonces, deleitémonos con el arte de este soneto,
Su armonía, su gracia, su poder atemporal.
Porque en estas líneas las emociones encuentran un gráfico,
Un espejo de la dulce flor del corazón humano.