Su confesión está influenciada por varios factores. En primer lugar, Tituba es vulnerable debido a su condición de esclava y forastera en la comunidad puritana. Es fácilmente manipulada y obligada a hacer declaraciones falsas. Además, el miedo de Tituba al castigo y el deseo de salvarse del daño juegan un papel importante en su decisión de confesar.
Es importante señalar que la confesión de Tituba no se basa enteramente en sus propias creencias o acciones. Se convierte en un chivo expiatorio para los demás acusados y para los miedos y tensiones subyacentes dentro de la comunidad. Al confesar, Tituba espera protegerse y potencialmente exonerar a otros que también enfrentan acusaciones.
A medida que avanza la obra, el personaje de Tituba evoluciona. Ella pasa de ser un individuo temeroso y sumiso a una figura más asertiva y desafiante. Ella comienza a cuestionar la autoridad del tribunal y la rectitud de sus acciones. El viaje de Tituba refleja los temas más amplios del poder, la manipulación y los defectos de la naturaleza humana explorados en "El Crisol".