Inicio:El poema comienza con una sensación de melancolía y resignación. El hablante lamenta el paso del tiempo y la inevitable proximidad de la muerte, comparándose con un día de verano que poco a poco se desvanece. El estado de ánimo es de tristeza y aceptación de la mortalidad.
Final:En contraste con el tono sombrío del principio, el final del poema adquiere una nota más positiva y esperanzadora. El hablante encuentra consuelo en la idea de que su amor por la persona a la que se dirige el poema sobrevivirá más allá de la muerte y seguirá vivo incluso cuando su cuerpo físico haya perecido. Este cambio de humor sugiere una sensación de trascendencia y el poder del amor para superar los límites de la mortalidad.