El velo corporativo es importante porque protege a los accionistas y directores de la responsabilidad personal por las deudas y pasivos de la corporación. Por ejemplo, si una corporación quiebra, los accionistas y directores no son personalmente responsables de las deudas de la corporación.
El velo corporativo también se puede utilizar para proteger los activos de la corporación de ser embargados por los acreedores personales de los accionistas o directores. Por ejemplo, si un accionista tiene deudas personales, sus acreedores no pueden embargar los activos de la corporación para satisfacer esas deudas.
Sin embargo, el velo corporativo no es absoluto. En algunos casos, los tribunales pueden levantar el velo corporativo y responsabilizar personalmente a los accionistas o directores por las deudas y obligaciones de la corporación. Esto puede suceder si los accionistas o directores han participado en actividades fraudulentas o ilegales, o si no han mantenido la identidad separada de la corporación.