En los Estados Unidos, la defensa por locura es una defensa legal que se puede utilizar en casos penales para argumentar que un acusado no debe ser considerado responsable de sus acciones porque no tenía el control de sus facultades en el momento del delito. Para tener éxito, la defensa de locura debe probarse mediante una preponderancia de la evidencia. Esto significa que el acusado debe demostrar que lo más probable es que estuviera loco en el momento del delito.
La defensa de la locura es un tema controvertido y no hay consenso sobre si debería permitirse o no. Algunas personas creen que la defensa de la locura permite a criminales peligrosos escapar del castigo, mientras que otras creen que es necesario proteger a las personas que no son responsables de sus acciones para que no sean castigadas.
La defensa por locura rara vez tiene éxito y sólo se utiliza en un pequeño porcentaje de casos penales. En 2012, la defensa por locura se utilizó solo en el 0,2% de los casos penales federales y en el 0,1% de los casos penales estatales.
Éstos son algunos de los factores que se pueden considerar para determinar si una persona está clínicamente loca o no:
* Estado mental de la persona en el momento del delito. Esto incluye factores como si la persona estaba experimentando delirios, alucinaciones u otros síntomas de enfermedad mental.
* Capacidad de la persona para distinguir entre el bien y el mal. Esto se puede evaluar haciendo preguntas a la persona sobre su comprensión de la ley y sus acciones.
* Capacidad de la persona para comprender la naturaleza y consecuencias de sus actos. Esto se puede evaluar preguntándole a la persona qué hizo, por qué lo hizo y qué pensó que sucedería como resultado de sus acciones.
Si se descubre que una persona está clínicamente loca, es posible que la envíen a un hospital psiquiátrico para recibir tratamiento. También pueden ser puestos en libertad condicional o bajo palabra, con condiciones que les obliguen a continuar el tratamiento.