En el apogeo de su fama en 2014, Kesha reveló en una entrevista que estaba luchando contra un trastorno alimentario y un trastorno dismórfico corporal. Cuando era adolescente, le dijo a CNN, tomó pastillas para perder peso antes de darse cuenta de que tenía un problema. Cuando tenía poco más de 20 años, le recetaron medicamentos para tratar el trastorno. “Cuando tenía poco más de 20 años, cuando me recetaron medicamentos, gané peso rápidamente. Ya no me parecía a mí misma”, dijo a la revista Cosmopolitan. “La gente de la industria habló mucho al respecto. Ese también fue un momento intenso porque todo estaba empezando a suceder para mí”.
Kesha dijo que quedó devastada cuando los ejecutivos discográficos le dijeron que su aumento de peso afectaría negativamente su carrera. Comenzó a restringir su alimentación, a hacer ejercicio excesivo y a vomitar la comida.
Su trastorno alimentario y su trastorno dismórfico corporal la llevaron a un lugar oscuro. Ella le dijo a CNN que "sentía que no era lo suficientemente buena".
Kesha dijo que recurrir a la música la ayudó a superar su trastorno alimentario y su trastorno dismórfico corporal. Comenzó a verse a sí misma desde una perspectiva más positiva y pudo aceptarse tal como era.
En una entrevista de 2016 con la revista Rolling Stone, Kesha dijo que su música la ayudó a encontrar su voz y expresarse. "Cuando estaba muy enferma con mi trastorno alimentario y mi dismorfia corporal, no podía soportar ni siquiera mirarme en el espejo", dijo. "Pero cuando comencé a escribir música, encontré una manera de expresarme y lidiar con mi dolor. Fue como una terapia".
La música de Kesha ha sido una inspiración para muchas personas que han luchado contra los trastornos alimentarios y el trastorno dismórfico corporal. Su historia muestra que es posible superar estas condiciones y vivir una vida sana y feliz.