1. Estructura:
Un concierto de sonata generalmente sigue la estructura de múltiples movimientos de una sonata. A menudo comienza con un movimiento inicial Allegro (rápido), seguido de un movimiento andante o Adagio (lento) y concluye con un animado final. Sin embargo, el número y los tipos de movimientos pueden variar según el compositor y la época.
2. Solista y Orquesta:
Al igual que un concierto, un concierto para sonta presenta a un solista (o un pequeño grupo de solistas) acompañado por una orquesta. El solista suele ser un teclista (pianista o clavecinista), pero también puede ser un violinista u otro instrumentista.
3. Temas musicales:
Al igual que una sonata, un concierto de sonata a menudo gira en torno a un tema principal y su desarrollo a lo largo de la pieza. El solista presenta el tema principal y la orquesta brinda apoyo y acompañamiento. Los aspectos del concierto emergen cuando el solista participa en pasajes e interacciones más virtuosas con la orquesta.
4. Rondo y formas binarias:
Muchos conciertos de Sonata incorporan elementos de formas rondó y binarias (de dos partes). La forma rondó implica presentar el tema principal (el "estribillo"), alternándolo con episodios contrastantes. De manera similar, la forma binaria consta de dos secciones contrastantes ("A" y "B"), y la sección "A" se repite a menudo después de la sección "B".
5. Secciones de Desarrollo:
Los conciertos de sonata a menudo incluyen secciones de desarrollo donde los temas principales están sujetos a transformación, variación o exploración más intensiva por parte del solista y la orquesta.
6. Improvisación:
En períodos anteriores de la música, como la era barroca, los conciertos de sonata permitían al solista improvisar adornos, secciones tipo cadencia y pasajes basados en los temas principales. Esta práctica disminuyó gradualmente en los períodos clásico y romántico posteriores, donde los compositores normalmente escribían estas secciones.
En general, un concierto de sonata combina las estructuras formales y el desarrollo temático de una sonata con el uso del solista y la orquesta característicos de un concierto. Crea una experiencia musical dinámica que resalta tanto el virtuosismo del solista como el sonido colectivo del conjunto que lo acompaña.