La longitud de un compás está determinada por el tipo de compás. Por ejemplo, en el compás común de 4/4, cada compás contiene cuatro tiempos. Otros tipos de compás comunes incluyen 2/4, que indica dos tiempos por compás, 3/4, que indica tres tiempos por compás, y 6/8, que indica seis tiempos por compás. Cada compás está representado visualmente en un pentagrama musical mediante líneas verticales llamadas líneas de compás.
El concepto de compases ayuda a organizar ritmos, melodías y armonías en una composición musical. Proporciona una estructura a seguir para intérpretes y compositores y mantiene la coherencia a lo largo de la pieza. Los músicos pueden interpretar y tocar sus respectivas partes dentro de los marcos de tiempo designados para cada compás, asegurando que la composición permanezca cohesiva y rítmicamente precisa.
Los compases a menudo se subdividen en unidades más pequeñas, como compases, tiempos y pulsos, lo que ayuda a crear patrones rítmicos y síncopas intrincados dentro de una pieza musical. La disposición de las notas y silencios dentro de cada compás y sus subdivisiones determina el carácter rítmico de la música.