Esta decisión fue crucial para dar forma a la vida y la carrera de Shakespeare. Si no hubiera dado este paso, probablemente habría seguido siendo un actor y dramaturgo relativamente desconocido en su ciudad natal. Sin embargo, al mudarse a Londres pudo acceder a los recursos y oportunidades que le permitieron convertirse en uno de los escritores más famosos del mundo.
En Londres, Shakespeare se unió a una próspera escena teatral y rápidamente se estableció como un actor y dramaturgo talentoso. Escribió algunas de sus obras más famosas durante esta época, incluidas Romeo y Julieta, Hamlet y Macbeth. También se convirtió en miembro de Lord Chamberlain's Men, una destacada compañía de interpretación, lo que le dio la oportunidad de representar sus obras ante la Reina.
La decisión de Shakespeare de mudarse a Londres fue audaz y arriesgada, pero finalmente valió la pena. Le permitió alcanzar un nivel de éxito que no habría podido alcanzar si se hubiera quedado en Stratford-upon-Avon.