Algunos ejemplos de personajes disfuncionales en la literatura incluyen:
* Hamlet, de "Hamlet" de Shakespeare, que está plagado de indecisión y dudas sobre sí mismo.
* Blanche DuBois, de "Un tranvía llamado deseo" de Tennessee Williams, que se engaña y es incapaz de afrontar la realidad.
* Willy Loman, de "La muerte de un viajante" de Arthur Miller, que está obsesionado con el éxito y no puede aceptar sus propios fracasos.
Escribir personajes disfuncionales puede resultar complicado, pero también puede resultar muy gratificante. Al crear personajes complejos y defectuosos, los dramaturgos pueden explorar el lado más oscuro de la naturaleza humana y crear obras de arte que invitan a la reflexión y entretienen.