Un ejemplo famoso de juego dentro de una obra de teatro es la escena de la "Ratonera" en Hamlet de Shakespeare. En esta escena, Hamlet organiza una obra que recrea el asesinato de su padre. El propósito de esta obra dentro de una obra es capturar la conciencia de Claudio, el rey que mató al padre de Hamlet. Cuando Claudio reacciona fuertemente ante la obra, Hamlet sabe que es culpable de asesinato.
El juego dentro de una obra también se puede utilizar para crear una sensación de misterio o suspenso. Por ejemplo, en Seis personajes en busca de autor de Pirandello, un grupo de personajes de una obra de teatro aparece en medio del ensayo de otra obra. Los actores y el director no están seguros de si los personajes son reales o producto de su imaginación, y la obra explora la naturaleza de la realidad y la ilusión.
El juego dentro de una obra puede ser una poderosa técnica dramática que puede usarse para lograr una variedad de efectos. Puede utilizarse para proporcionar un alivio cómico, comentar la acción principal de la obra, explorar diferentes temas o ideas, o crear una sensación de misterio o suspenso.