* Fueron participantes activos en la actuación. Animaban, abucheaban y abucheaban a los actores. También arrojaban cosas al escenario, como comida, monedas e incluso animales muertos.
* Ayudaron a crear la atmósfera de la actuación. Sus reacciones a la obra afectarían la actuación de los actores. Por ejemplo, si el público se reía, sería más probable que los actores exageraran la comedia. Si el público abucheara, sería más probable que los actores exageraran el drama.
* Ellos eran los árbitros del éxito. Si al público no le gustaba una obra, rápidamente la retiraban del escenario. Si al público le gustaba una obra, a menudo se representaba durante meses o incluso años.
En definitiva, el público era una parte esencial del teatro isabelino. Sin ellos, las obras no habrían tenido tanto éxito.
A continuación se muestran algunos ejemplos específicos de cómo el público interactuó con las obras isabelinas:
* En una representación de la obra "Hamlet", el actor que interpretaba al fantasma fue tan convincente que el público gritó y salió corriendo del teatro.
* En otra representación de la obra "Macbeth", el actor que interpretaba el papel principal enfureció tanto al público que le arrojaron frutas y verduras podridas.
* En una representación de la obra "La fierecilla domada", el actor que interpretaba a Petruchio venció en el escenario a la actriz que interpretaba a Katherine. El público quedó tan consternado y horrorizado que exigieron que se detuviera la obra.
Estos son sólo algunos ejemplos de las muchas formas en que el público interactuó con las obras isabelinas. Sus reacciones ante las obras ayudaron a crear una atmósfera de emoción y caos única en esta era del teatro.