1. Origami: A Utzon le fascinaba el arte del plegado de papel y cómo se podían crear formas complejas a partir de una sola hoja de papel. Vio similitudes entre el origami y los desafíos de construir un techo grande y liviano para la Ópera.
2. Naturaleza: Utzon se inspiró en el paisaje natural de Sydney, en particular en las formas y patrones de conchas, olas y velas. Quería que la Ópera se mezclara armoniosamente con su entorno y expresara el carácter dinámico de la costa australiana.
3. Arquitectura tradicional: Utzon estudió la arquitectura de varias culturas, incluidas las antiguas pirámides mayas y aztecas, los templos chinos y los templos rupestres indios. Se sintió atraído por la simplicidad y la elegancia geométrica de estas estructuras e incorporó elementos de ellas en su propio diseño.
4. Proceso colaborativo: Utzon trabajó estrechamente con ingenieros y arquitectos durante todo el proceso de diseño. Este enfoque colaborativo le permitió refinar y desarrollar sus ideas, asegurando que fueran estructuralmente viables y prácticas para la construcción.
El diseño final de la Ópera de Sydney representa una fusión única de estas diversas influencias, mostrando la visión creativa y la brillantez arquitectónica de Utzon.