Además, las obras de Noh son altamente simbólicas e incorporan elementos de danza y música, creando una atmósfera que es a la vez ritualista y teatral. El uso de máscaras, trajes elaborados y movimientos estilizados crea una sensación de otro mundo y realza la naturaleza simbólica de las actuaciones. Por el contrario, el teatro griego suele basarse en diálogos hablados y gestos para transmitir sus mensajes y tramas, con muchos menos elementos simbólicos o rituales.
Las obras de Noh también ponen énfasis en el papel del coro (en japonés, hayashi), que normalmente está formado por cinco o seis músicos que utilizan tambores taiko, flautas de bambú y otros instrumentos tradicionales. El coro proporciona interludios musicales, efectos de sonido y acompañamiento rítmico, mejorando la narración y creando una dimensión sonora distinta en la interpretación general. El teatro griego, por otro lado, suele utilizar un coro como actor colectivo, participando directamente en el diálogo y el desarrollo de la trama, en lugar de proporcionar únicamente efectos musicales o de sonido.
Finalmente, mientras que las obras de Noh generalmente enfatizan la simplicidad en sus elementos visuales, apoyándose en movimientos estilizados, gestos simbólicos y accesorios sugerentes para transmitir ideas y emociones, el teatro griego típicamente muestra un mayor nivel de elaboraciones visuales. Los teatros de la antigua Grecia eran espacios arquitectónicos impresionantes, con escenografías ornamentadas y vestuario elaborado, todo lo cual contribuía al espectáculo de las representaciones.
En conclusión, si bien existen algunas similitudes entre las obras de Noh y el teatro griego, como sus orígenes religiosos y su influencia en los estilos de actuación futuros, las profundas diferencias en sus cualidades simbólicas, elementos musicales y teatrales y estética general los convierten en dos teatros distintos y únicos. tradiciones, reflejo de sus respectivas culturas y expresiones artísticas.