1. Astigmatismo: El astigmatismo es una afección ocular común que causa visión borrosa debido a una córnea o cristalino curvado irregularmente. Inclinar la cabeza puede ayudar a compensar esta distorsión visual y mejorar la claridad, lo que permite al niño ver mejor la pantalla del televisor o el objeto enfocado.
2. Infecciones de oído: Las infecciones del oído medio pueden provocar acumulación de líquido y cambios de presión, lo que provoca dificultades auditivas. Inclinar la cabeza hacia un lado puede ayudar a drenar el líquido, reducir la presión y mejorar la audición, lo que facilita que el niño escuche la televisión o se concentre en los sonidos.
3. Tortícolis: La tortícolis es una afección caracterizada por una inclinación anormal de la cabeza o una torsión del cuello debido a la tensión muscular en un lado del cuello. Un niño con tortícolis puede girar la cabeza hacia los lados para alinear los ojos con la pantalla del televisor u otros objetos, lo que reduce la incomodidad y mejora su capacidad de concentración.
4. Postura habitual: En algunos casos, inclinar la cabeza puede convertirse en una postura habitual sin una causa médica específica. Puede comenzar como una forma de mejorar la visión o la audición, pero continúa incluso después de que se haya resuelto el problema subyacente.
5. Condiciones neurológicas: En raras ocasiones, la inclinación de la cabeza puede ser un síntoma de ciertas afecciones neurológicas, como retrasos en el desarrollo, parálisis cerebral u otros trastornos neurológicos. En tales casos, la inclinación de la cabeza puede ir acompañada de otros problemas de desarrollo y requerir una evaluación adicional por parte de un profesional de la salud.
Si un niño inclina constantemente la cabeza hacia los lados mientras mira televisión o se concentra, es recomendable consultar a un pediatra o un oftalmólogo para descartar cualquier afección médica subyacente y recibir orientación o tratamiento adecuado.