Demanda reducida: Durante los meses de verano, muchas personas salen de vacaciones o pasan tiempo al aire libre. Esto puede provocar una disminución en la asistencia a los cines, lo que dificulta financieramente que los cines permanezcan abiertos.
Aumento de costos: Los costos de servicios públicos, como el aire acondicionado, pueden ser más altos en los meses de verano, lo que aumenta la carga financiera de operar un teatro.
Competencia de eventos al aire libre: Los meses de verano suelen traer una variedad de opciones de entretenimiento al aire libre, como conciertos, festivales y eventos deportivos. Estos eventos pueden alejar al público de los teatros.
Reparaciones y renovaciones: Los teatros también pueden aprovechar los meses de verano como una oportunidad para realizar reparaciones y renovaciones, ya que estas actividades son menos perturbadoras cuando hay menos clientes.
Es importante señalar que no todos los cines cierran en verano. Algunos pueden optar por permanecer abiertos con horarios ajustados o precios de boletos reducidos para adaptarse a los cambios estacionales en la asistencia.