Selena Quintanilla recibió una amplia formación musical desde muy joven. Comenzó a aprender los conceptos básicos de teoría musical, canto y tocar varios instrumentos, incluidos la guitarra y el piano. El padre de Selena, Abraham Quintanilla Jr., era músico y jugó un papel fundamental en su educación musical.
Lecciones de canto:
Selena trabajó con reconocidos entrenadores vocales para desarrollar su voz poderosa y distintiva. Recibió formación vocal clásica, lo que la ayudó a mejorar su rango, control y técnica vocal.
Lecciones de instrumentos:
Selena aprendió a tocar el piano y la guitarra bajo la guía de instructores experimentados. Practicó regularmente para mejorar sus habilidades y llegó a dominar el acompañamiento mientras cantaba.
Entrenamiento de danza y actuación:
Además de sus talentos musicales, Selena también recibió formación en danza. Estudió una variedad de estilos de baile, incluyendo danza folclórica mexicana, cumbia y salsa. La enérgica y cautivadora presencia escénica de Selena fue un elemento clave en su popularidad como intérprete.
Educación en artes escénicas:
Selena asistió a la Escuela Estadounidense de Música y Arte Dramático en Corpus Christi, Texas. Esta escuela le brindó capacitación en diversos aspectos de las artes escénicas, incluida la actuación, el teatro y la escenografía.
Práctica continua:
Selena era conocida por su dedicación y trabajo duro. Practicó su oficio sin descanso, ensayando con su banda, Los Dinos, y perfeccionando sus habilidades como cantante, bailarina y música.
Influencias e inspiración:
Selena se inspiró en una amplia gama de artistas, incluidas leyendas de la música mexicana y latina como Celia Cruz, Lola Beltrán y Vicente Fernández. Estudió sus estilos, técnicas y estrategias interpretativas, incorporando elementos a su propia música y actuaciones.
La formación musical y artística de Selena, sumada a su talento natural y determinación, contribuyeron significativamente a su éxito y la convirtieron en un ícono en la historia de la música latina.