En la observación participante encubierta, el investigador observa a los sujetos sin su conocimiento o consentimiento. Esto contrasta con la observación participante abierta, en la que los sujetos conocen la presencia y el papel del investigador.
La observación participante encubierta es controvertida porque plantea cuestiones éticas sobre la privacidad, el consentimiento y el engaño. Algunos investigadores sostienen que la observación participante encubierta es necesaria para obtener datos que no estarían disponibles mediante otros métodos, mientras que otros argumentan que es una invasión de la privacidad y puede ser perjudicial para los sujetos.