El poema está escrito en verso libre, con una cualidad rítmica y musical creada por la repetición de determinadas palabras y frases. El lenguaje es simple y directo, pero también rico en imágenes y simbolismo. Las imágenes del poema están extraídas del mundo natural, y el hablante utiliza imágenes de árboles, estrellas y luciérnagas para crear una sensación de atmósfera y estado de ánimo. El simbolismo del poema también proviene del mundo natural, donde el cambio de estaciones y la llegada de la noche representan el paso del tiempo y la inevitabilidad de la muerte.
Los temas principales del poema incluyen el paso del tiempo, la belleza del mundo natural y la búsqueda de sentido a la vida. El orador reflexiona sobre la fugacidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte, pero también encuentra consuelo y belleza en el mundo natural. El título del poema, "Que comience la noche", sugiere una sensación de aceptación del paso del tiempo y la voluntad de abrazar la noche.