1. Reproche moral: La traición de Macbeth a su rey, Duncan, habría provocado sin duda una fuerte desaprobación moral. La era isabelina sentía una profunda reverencia por la monarquía, y cualquier acto que amenazara el orden establecido habría sido visto como una grave ofensa contra las normas sociales y religiosas.
2. Preocupación política: Las acciones de Macbeth habrían generado preocupaciones sobre la inestabilidad política y las posibles consecuencias de una ambición desenfrenada. La obra sirve como una advertencia sobre los peligros del poder desenfrenado y los efectos destructivos que puede tener en los individuos y la sociedad en su conjunto.
3. Héroe trágico: A pesar del reproche moral, el público también podría haber reconocido a Macbeth como una figura trágica, un hombre alguna vez honorable impulsado a cometer actos oscuros por las profecías de las brujas y sus propios deseos abrumadores. Su caída en desgracia habría evocado una sensación de lástima y terror, lo que habría provocado debates sobre las complejidades de la naturaleza humana y los peligros de sucumbir a la tentación.
4. Relevancia política: El público de Shakespeare habría estado familiarizado con el traicionero clima político de la época, incluidos complots, conspiraciones y cambios de poder. La historia de Macbeth podría haber resonado con sus experiencias y preocupaciones políticas contemporáneas.
5. Aprecio por la narración dramática: Si bien desaprobaban las acciones de Macbeth, el público habría apreciado la hábil narración y la intensidad dramática de la obra. La capacidad de Shakespeare para crear suspenso, conflicto y profundidad emocional los habría cautivado y brindado una oportunidad para la reflexión y el debate.
En general, el público de la época de Shakespeare probablemente habría visto a Macbeth como una figura compleja cuyas acciones encendieron una variedad de emociones y respuestas, incluida la desaprobación moral, preocupaciones políticas, simpatía trágica y aprecio por el arte dramático de la obra.