Romeo finalmente acepta asistir a la fiesta, pero todavía le inquieta la idea. Le preocupan las consecuencias si lo atrapan y también sabe que asistir a la fiesta significará traicionar la enemistad de su familia con los Capuleto. A pesar de estas preocupaciones, Romeo finalmente decide ir, ya que está ansioso por ver a Rosaline.
El entusiasmo de Romeo por asistir a la fiesta es evidente en la forma en que habla de ella. Se refiere a ello como "una asamblea justa" y "una mascarada", y expresa su entusiasmo ante la perspectiva de ver a Rosaline. Está dispuesto a arriesgar su seguridad y el honor de su familia para estar con ella, lo que demuestra cuán fuertes son sus sentimientos por ella.
En última instancia, la decisión de Romeo de asistir al banquete de los Capuleto es un punto de inflexión en la obra. Es el primer paso en su desafortunado romance con Juliet y pone en marcha los acontecimientos que conducirán a sus trágicas muertes.