Las dificultades clave que contribuyeron a la convocatoria de la Convención de Annapolis en septiembre de 1786 incluyen:
1. Comercio y Comercio: Los Artículos de la Confederación no proporcionaban mecanismos adecuados para regular el comercio interestatal y exterior. Los Estados enfrentaron desafíos para coordinar aranceles, derechos y regulaciones, lo que generó conflictos e ineficiencias económicas.
2. Derechos de navegación: El río Potomac, que servía como ruta de transporte vital para varios estados, estaba bajo la jurisdicción de Virginia y Maryland. Los desacuerdos sobre los derechos de navegación y el acceso comercial provocaron tensiones entre estos estados.
3. Reclamaciones de tierras occidentales: Varios estados tenían reclamos territoriales en competencia sobre tierras en la frontera occidental, particularmente el valle del río Ohio. Las disputas sobre estos reclamos de tierras crearon incertidumbres y tensiones entre los estados.
4. Debilidades financieras: Los Artículos de la Confederación no facultaban al gobierno federal para recaudar ingresos ni regular la moneda de manera efectiva. Esto provocó inestabilidad financiera, y los estados emitieron sus propias monedas, lo que generó confusión y desconfianza.
5. Falta de Autoridad Central: Los Artículos de la Confederación establecieron un gobierno central débil con poderes limitados. Los Estados tenían una autonomía significativa, lo que a menudo obstaculizaba la coordinación y la resolución de problemas en cuestiones críticas.
Para abordar estos desafíos y encontrar soluciones, se convocó la Convención de Annapolis con delegados de cinco estados (Virginia, Delaware, Pensilvania, Nueva Jersey y Nueva York) que se reunieron para discutir posibles enmiendas o revisiones de los Artículos de la Confederación. Las recomendaciones de la convención allanaron el camino para la Convención Constitucional de 1787, que finalmente condujo a la creación de un gobierno federal más fuerte bajo la Constitución de los Estados Unidos.