Las personas que viven en desiertos alimentarios suelen tener dificultades para obtener alimentos saludables. Esto puede provocar una serie de problemas de salud, como obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas. Los desiertos alimentarios también pueden tener un impacto negativo en la salud y el rendimiento educativo de los niños.
Hay varias cosas que se pueden hacer para abordar los desiertos alimentarios, incluido aumentar la disponibilidad de alimentos saludables y asequibles en áreas de bajos ingresos, proporcionar transporte a las tiendas de comestibles y educar a las personas sobre una alimentación saludable.